miércoles, 3 de julio de 2013

Tratados de caballería


Tratados de caballería
Los nuevos soldados, los caballeros, son armados de acuerdo con unos ritos determinados y deben vivir según normas que pronto aparecen recogidas en los tratados de caballería.

El primero y más completo de estos tratados en la Península es el título 21 de la Segunda Partida de Alfonso X el Sabio, en el que se basarán autores como Ramón Llull en su Libre qui es de l'Ordre de cavallería o el infante don Juan Manuel, que dedica al tema los capítulos 18 y 19 del Libro del Cavallero et del Escudero.

Tanto Alfonso X como Llull buscan el precedente del caballero en el término latino miles que, según las Etimologías de San Isidoro, indicaba que era elegido entre mil.

Uno y otro hacen referencia a las virtudes del caballero (cardinales y teologales). a los conocimientos que necesita, a sus costumbres y habilidades, a su lealtad, a su conocimiento del caballo y de las armas, a definir quién puede armar caballero y con qué ceremonial, a explicar cómo deben vestir y hablar los caballeros y a definir su misión y el honor que les es debido.

De acuerdo con Llull, cuya obra cito siguiendo el estudio de Pere Bohigas. el caballero fue inicialmente el más noble entre mil, al que se dio el caballo. el animal más noble, las mejores armas y el señorío sobre los demás: las gentes aran, cavan y pasan trabajos para que la tierra dé frutos de los que vivan el caballero y sus animales. .

Los hijos de caballeros pueden serlo a su vez, pero antes deben aprender el oficio actuando de escuderos, de servidores de un caballero, cuya misión es mantener y defender la fe católica. contribuir a la gobernación de la tierra .... desempeñar oficios reales, mantener y defender a su señor, hacer cumplir la justicia, ejercitarse en las armas, mantener la tierra, defender a viudas, huérfanos y hombres desapoderados, tener castillo y caballos para guardar caminos y defender a los labradores, perseguir a los traidores y ladrones.

Lógicamente el caballero debe tener las cualidades físicas. requeridas por el ejercicio de las armas y las virtudes cristianas, así como valor, sabiduría, buen sentido, lealtad, misericordia, castidad y humildad.

A ellas cabe añadir la nobleza de sangre, aunque en circunstancias y por méritos excepcionales puede armarse caballeros a personas no pertenecientes a la nobleza.

El ceremonial, semejante, como luego veremos, al que se empleaba en la práctica, incluye una confesión previa de los pecados y la recepción de la eucaristía. La ceremonia debe tener lugar en fiestas que atraigan a muchos hombres y en la vigilia el escudero está obligado a ayunar y a velar en la iglesia.

Durante la misa el aspirante se ofrece al presbítero, como representante de Dios, y a la orden de la caballería y tras el sermón, el príncipe o el alto personaje que arma al nuevo caballero -necesita haber sido armado caballero él mismo con anterioridad, con la única excepción conocida del infante don Juan Manuel, según cuenta en el Libro de las armas- le ciñe la espada, le besa y le da un golpe en el hombro, después de lo cual el afortunado cabalga y se muestra ante la gente para que todos sepan que es caballero y que, en consecuencia, está obligado a defender el orden que ha recibido.

Las armas que recibe el caballero son símbolo de la nobleza de la caballería: la espada, en forma de cruz, significa que así como Cristo venció con la cruz, el caballero debe destruir a los enemigos de la cruz con la espada, símbolo de la justicia.

La lanza significa la verdad, la rectitud; y su hierro simboliza la fuerza que la verdad tiene sobre la falsedad. El pendón indica que la verdad se muestra a todos y que no tiene miedo del engaño; el casco es símbolo de la vergüenza: así como la vergüenza impide al caballero inclinarse a hechos viles, el casco defiende la cabeza, la parte más noble del hombre.

Las calzas de hierro que protegen pies y piernas recuerdan que el caballero debe tener seguros los caminos; el escudo que se interpone entre el caballero y su enemigo es símbolo de que el caballero está entre el rey y su pueblo ... y el simbolismo se extiende a las riendas, la gorguera, la maza, la silla, el caballo y su arnés ...

La última parte del tratado de Llull está dedicada al honor que conviene se haga al caballero, orden que es necesario reciban reyes, príncipes y señores de la tierra, porque si no tuviesen el honor que corresponde a caballero no merecen ser príncipes ni señores.

El caballero debe ser armado, porque es bueno y temido, porque es fuerte; alabado, porque es de buenos hechos; rogado, porque es privado y consejero de los reyes ...

Otros tratados, como el De Batalla, atribuido al canónigo barcelonés Pere Albert, el Sumari de Batalla a ultrança, de Pere Joan Ferre, o Lo Cavaller, de Ponç; de Menaguerra fijan las normas por las que han de regirse el riepto o duelo judicial, coincidiendo el primero en muchos puntos con el Fuero Real de Castilla; el segundo describe los preparativos del hecho de armas tenga éste o no base judicial, y el tercero es una reglamentación del torneo como pura manifestación de fuerza o de habilidad.

Imagen:
The Triumph of Fame; (reverse) Impresa of the Medici Family and Arms of the Medici and Tornabuoni Families
Giovanni di ser Giovanni Guidi (called Scheggia) (Italian, San Giovanni Valdarno 1406–1486 Florence)
Metropolitan

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