domingo, 30 de enero de 2011

el monacato cristiano


El mismo Cluny, que pasó durante la abadía de Rugo de tener sesenta monjes a tener trescientos y cuya iglesia y edificios monásticos eran agrandados sin cesar, acabó siendo el establecimiento monástico más grande e impresionante de Occidente. Su iglesia, reedificada por Rugo, era la culminación en esplendor y magnitud de la basílica románica, y fue la mayor iglesia de la cristiandad hasta el siglo XVI, en que se edificó la basílica de San Pedro intencionadamente unos pocos pies mayor que ella. El refectorio, el dormitorio y los otros departamentos monásticos estaban de acuerdo con ella, y se hallaban suntuosamente decorados y amueblados. Aunque la opinión de que Cluny fue la fortaleza y el centro de difusión de la reforma gregoriana ha sido refutada con fundamento y la gloria repartida entre los jefes religiosos de Lorena y su nutrido acompañamiento de monjes, obispos y oficiales. de la curia, los dos abades cuyos reinados combinados cubren por ambos extremos el siglo XI fueron sin duda hombres de influencias y relaciones europeas. Si bien Cluny como cuerpo no se pronunció en la disputa entre imperio y papado, controló indudablemente el mayor volumen de influencia espiritual en la Europa del siglo XI, y como tal estuvo al lado de los reformadores en materia de simonía y celibato. Los papas reformadores pronto se valieron de los cluniacenses para hacerles cardenales, legados y obispos y durante casi cincuenta años (1073-1119) el trono papal estuvo ocupado por seis monjes de los cuales tres por lo menos fueron cluniacenses. Así como ni Cluny ni ninguno de los monasterios dependientes de él tuvieron participación importante en el renacimiento literario, dialéctico o teológico, sin embargo Cluny mismo y muchos de sus monasterios dependientes, como La Charité-sur-Loire, Moissac y Lewes, fueron agentes importantes en la recolección y difusión de las formas artísticas ya como propietarios de multitud de obras de arte ya como fundadores que ayudaban a sus pequeños priorato s e iglesias a mostrar a escala más pequeña un parecido con su iglesia matriz. Sobre todo la escultura y en particular la pintura mural deben mucho a Cluny.
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lunes, 24 de enero de 2011

los monjes que cambiaron Europa


Que el ascetismo es el precursor del monacato organizado parece estar fuera de toda duda. Ascetas y vírgenes iniciarían su actividad en la Península Ibérica al tiempo que se propagaba el cristianismo, no más allá del siglo 111. Un siglo después, entre 300 y 306, el Concilio de Elvira nos induce a pensar que ya debía existir una floreciente actividad ascéti~a en nuestras tierras.

En el canon 13 se ocupa de las vírgenes consagradas a Dios: si quebrantaren el voto de virginidad y continuaren viviendo en la misma liviandad, sin reparar en el delito que cometen, no recibirán la comunión ni aun al fin de su vida. Pero si tales mujeres ... hicieren después penitencia todo el tiempo de su vida, y se abstuviesen del acto carnal, recibirán la comunión al fin de su vida ...

Y en el canon 33 decreta la abstención del uso del matrimonio para todo el clero: Decidimos prohibir totalmente a los obispos, presbíteros, diáconos y a todos los clérigos que ejercen el ministerio sagrado, el uso del matrimonio con sus esposas y la procreación de hijos. Aquel que lo hiciere será excluido del honor del clericato.

Aunque estas disposiciones no se refieren al monacato propiamente dicho, su importancia radica, a nuestro entender, en que institucionalizaron el ascetismo, que hasta entonces no pasaba de ser mera aspiración religiosa, y regularon lo que ya debía ser un estado cualificado dentro de la Iglesia, la institución de la virginidad: mujeres que llevaban una vida ascética dentro de sus familias y en comunidades.
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http://www.bibliotecagonzalodeberceo.com/berceo/morenonunez/monacatohispanovisigodo.htm
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miércoles, 12 de enero de 2011

el vino de rioja


Tras estas fiestas de Navidad y Año Nuevo en que seguramente hemos tomado alguna copa de buen vino de Rioja, puede ser un momento propicio para releer estas notas de Diego Ochagavía sobre el mismo tema vinícola, su devenir histórico y las controversias sobre tributos, calidades y excesos de producción en determinadas épocas. Circunstancias no muy diferentes de las que ocupan a la Denominación de Origen Rioja hoy en día , y que atenazan a los productores.
Es un pecado que racimos de viura como la de la foto, de los pagos de San Vicente de la Sonsierra, no puedan convertirse en dorados blancos, y degustar el paisaje de los bancales de la solana de la sonsierra riojana, que admiran esta bella ermita románica.

http://www.bibliotecagonzalodeberceo.com/berceo/ochagavia/historiavinosriojanos.htm