domingo, 16 de mayo de 2010

guía sentimental de las tierras de Gonzalo de Berceo


En Manjarrés, el cuatro de setiembre, San Mamés.


Lo mejor de mi infancia eran las fiestas patronales manjarresinas. 3 días de setiembre para pasarlo en grande. La madre limpiaba a fondo la casa y siempre compraba ropa y zapatos nuevos. Venía el abuelo de Arenzana, y si podían, los tíos y los primos de fuera. Se comía bien, había misa grande, procesión y mucha música y baile en la plaza, se daba paga extra para comprar chucherías y, lo más importante, todo el pueblo se ponía de acuerdo para que en esos tres días solo hubiese alegría y buen humor. El último día se subía a merendar al monte y el ayuntamiento organizaba la tarde.

Pero el caso es que en Manjarrés no se decía novena de san Mamés porque no había libro. Hubo que traerlo de Bilbao, de las proximidades del Estadio de San Mamés. Mi madre le pidió el favor a una conocida de allí que le envió la “Vida de San Mamés (mártir de Cesárea) y novena en honor del santo”[1] Con la llegada de don César al pueblo, a finales de los 50, san Mamés tendría hasta himno y todo. Estaba en el apéndice de esa publicación. Y así se me hermanaron el San Mamés de Bilbao y el de Manjarrés.

Durante 10 años, sirviéndome del libro de mi madre, dirigí, en la parroquia de Manjarrés, el rosario-novena de preparación para las fiestas de san Mamés con un doble cometido: honrar al patrón y conseguir que después de las fiestas, nuestro querido san Mamés lograra de Dios que lloviese un día o dos la última agua suave, no de tormenta, que las viñas necesitaban para terminar de madurar unos racimos frescos y hermosos. La idea partió de mi padre que de viñas sabía un rato.

No me pregunten cómo, pero la cosa funcionaba. En la novena, todos los días rezábamos con toda devoción un padrenuestro con esa intención y antes de la Virgen de setiembre o en sus fiestas, llovía para satisfacción de todos. Un año, el secretario del pueblo, el bueno de don Job que hizo de corresponsal de las fiestas manjarresinas en La Nueva Rioja, contó “el prodigio” en su crónica periodística.

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http://www.vallenajerilla.com/berceo/antoninoperez/sanmames.htm