sábado, 27 de noviembre de 2010

LA RIOJA EN EL PRIMER MILENIO a. C.


En la historiografía y en la etnología de la antigüedad, el sector de la cuenca del Ebro que corresponde a La Rioja actual suele ser considerado como zona de transición y de poca personalidad, enclavada entre los pueblos celtíberos, famosos por los acontecimientos bélicos del siglo II a. C., y los del norte inculto y salvaje. Esta visión evidentemente se debe en gran parte a la pobreza de los datos lingüísticos que están a nuestra disposición para el territorio en cuestión: hasta hace poco tiempo faltaban totalmente inscripciones de lenguas prerromanas, con excepción de unas leyendas monetales, y siguen siendo bastante escasas las inscripciones latinas que transmiten antropónimos indígenas, al menos en comparación con regiones vecinas como p.e. los alrededores de Vitoria, en el norte, y los grandes sitios de Uxama y Lara de los Infantes en las provincias de Soria y Burgos.

Antes de entrar en el examen del material, unas palabras sobre la delimitación geográfica. Al buscar una entidad natural del paisaje que pudiera prestar a sus habitantes condiciones homogéneas para vivir -clima, particularidades del suelo, viabilidad- no es recomendable pararse en los límites regionales de la actualidad: el área que tenemos que tomar como base para buscar una unidad (o varias unidades) lingüísticas no coincide ciertamente con la actual provincia de La Rioja, sino más bien con todo lo que suele ser llamado Rioja por el uso actual -la alavesa, la navarra y la que lleva el nombre sin distintivo-3. Queda la incertidumbre de las fronteras naturales: mientras que hacia sudoeste y norte están definidas por el Sistema Ibérico y la Sierra de Cantabria, no hay ninguna barrera visible que separe nuestra región de sus vecinos hace el este y sudoeste.

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http://www.bibliotecagonzalodeberceo.com/berceo/untermann/lenguaprerromanarioja.htm

viernes, 12 de noviembre de 2010

de la Ilustración a las Cortes de Cádiz


Hay lectores molestos porque me empeño en considerar “prodigioso” el s. XVIII. Hay señores muy leídos y aplaudidos en Internet que explican muy detalladamente cómo en el segundo centenario de las Cortes de Cádiz de 1810 y en el de la Constitución de 1812 no hay nada que celebrar porque, según ellos, mientras el noble pueblo español peleaba a muerte contra el invasor francés en la heroica Guerra de la Independencia para defender su libertad y su más radical idiosincrasia, sus “afrancesados” representantes parlamentarios le daban por retambufa con premeditación y alevosía imponiéndole las “disolventes” leyes de la más radical, ajena y “extranjerizante” Revolución Francesa.

Los dos hechos tienen una raíz común. Son sintomáticos del pensamiento más reaccionario, español y europeo, que considera la democracia liberal y la industrialización, su hermana siamesa, ambas hijas inevitables de la “muy perniciosa” Ilustración, como las dos mayores calamidades que afligen a la Humanidad.

No hay más que recordar que los términos “individuo/individua” (“individualista”, “independiente”, “muy suyo”), “liberal” (“neoliberal”, “liberalote”) y “moderno” (“modernismo”, “modernista”, “modernito”, “modernez”) siguen siendo utilizados como insultos. El “viva la Pepa” es el termino preferido para designar el caos social y el liberalísimo Himno de Riego, más burgués que los trajes de primera comunión, es considerado el canto de la más radical anarquía.
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http://www.bibliotecagonzalodeberceo.com/berceo/antoninoperez/delailustracionacadiz.htm

domingo, 7 de noviembre de 2010

un rincón riojano medieval


El emplazamiento estratégico de Cellorigo, desde cuya peña se dominan las cuencas bajas del Tirón y el Oja, le mereció el nombre de "Púlpito o balcón de La Rioja". La privilegiada posición de esta cresta rocosa permite poder observar una de las más impresionantes vistas de la zona, y una de las más completas de toda La Rioja, con el valle del Ebro y las cumbres del Sistema Ibérico burgalés y riojano. Esta panorámica es verdaderamente espectacular hacia el sur, con todo el ancho valle del Tirón en medio y la sierra de la Demanda en el horizonte. Hacia el norte se ve la cuenca de Miranda y hacia el este y el oeste, los montes Obarenes.
Ciertamente, desde muchos puntos de la Rioja Alta se puede observar este pueblo con sus peñas, objeto de mitos y leyendas, escenario de grandes hazañas y gestas épicas. Cuenta una leyenda que en los albores de los tiempos, una noche en una de las cimas de los montes Obarenes, un corro de brujas bailaban en akelarre. y por desafiar a todas las fuerzas de la naturaleza, quedaron convertidas en un conjunto de grandes peñas en la cumbre más alta de la serranía. Por eso cada bruja tiene su nombre, que el cristianismo rebautizó convirtiéndolo en el de una santa: santa María, santa Ana...

Sobre el crestón rocoso de Peña Lengua se erigió en los primeros siglos de la reconquista una importante fortaleza que defendía la garganta de Foncea y la hoz de la Morcuera (hoy Ventilla}. Su privilegiado enclave, desde el que se podía otear un vasto horizonte repleto de puntos estratégicos, hizo que jugara un papel decisivo en las primeras luchas contra los musulmanes, y que la quisieran poseer tanto éstos como los cristianos. Probablemente fue erigida en el siglo VIII por los árabes, pero pronto pasó a manos cristianas, concretamente a los Condes de Álava. En el siglo IX fue de nuevo blanco de devastadoras expediciones cordobesas que fracasaron varias veces. Actualmente no queda ningún resto de él en las escarpadas peñas que dominan el pueblo.
De su carácter defensivo sólo se conservan dos torres fuertes medievales plenamente integradas dentro del caserío. Sobre la estructura de dicho castillo, algunos autores (Establès Elduque), han apuntado la posibilidad de que fuera lignea, de madera, en consonancia con las primeras formas de fortificación medieval, pues todavía son visibles entalladuras en la roca. La cumbre presenta un aspecto de nicho artificial que pudo acomodar a una torre de vigilancia.

En las fotografías se pude observar un edificio en ruinas acodado sobre la propia roca, una de las torres fuertes y la torre de la iglesia de San Millán del siglo XV.

Con este preámbulo introducimos el excelente trabajo del Profesor Martínez Sopena, que mantiene plena vigencia y titulado

EL PROCESO DE URBANIZACION DE LA RIOJA ALTA HASTA MEDIADOS DEL SIGLO XIII.