miércoles, 29 de septiembre de 2010

Tres 'rojos', autores del Seminario de Logroño


Voy a escribir sobre la historia de un noble edificio que conozco bien. En él viví durante la década que va del comienzo del otoño de 1959 al inicio del verano de 1969; 10 años claves en mi vida y en la evolución de la sociedad europea y española y en la historia de la Iglesia Católica. Fueron los años en los que el Seminario Conciliar de Logroño pasó de su máximo esplendor como centro educativo a mostrar alarmantes señales de una evidente decadencia irrecuperable.
Conocí bien sus dependencias y hasta fui, durante algún tiempo, el encargado del cuidado de alguna de las más nobles, el magnífico salón de actos o la misteriosa biblioteca general, por ejemplo. He pasado casi 40 años sin volver a traspasar su umbral y al volver a hacerlo no hace mucho, confieso que el alma se me cayó a los pies.
Tuve la sensación de estar ante un cadáver. Un centro docente deja de estar vivo cuando se le ha escapado definitivamente el alma que son sus profesores y sus alumnos. Cuando sus aulas, sus campos de deporte, sus patios, sus parques están desiertos, yermos, y no es precisamente por vacaciones. En el Seminario sólo habita ahora el vacío y sus desastradas hijas, la soledad, la tristeza y la ruina. Es el reino de la gélida muerte.
[...]

http://www.vallenajerilla.com/berceo/antoninoperez/tresrojos.htm

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