Son escasos los datos que se conocen sobre la vida de este clérigo riojano, que debió de nacer a finales del siglo XII en la localidad de Berceo, tal y como él mismo apunta en una de sus obras. Dicha población se encuentra enclavada en el valle de San Millán a orillas del río Cárdenas, en el punto en el que las montañas de La Demanda se separan para permitir que el valle se abra a las altas y fértiles llanuras riojanas.Fue educado en el monasterio de San Millán de la Cogolla, donde se ordenó sacerdote. Su vida se desarrolló en un medio campesino medieval, muy rico en cultura tradicional, lo que sin duda alguna marcó la pauta en la funcionalidad de su obra: su trabajo, de impronta religiosa, es eminentemente didáctico. Con él intenta enseñar a un público campesino la trama cristiana que le es más próxima. Así, desarrolla la vida de aquellos santos surgidos en el mismo entorno que sus oyentes, como son los casos de Santo Domingo de Silos o Santa Oria, y cómo no, el propio San Millán de la Cogolla.Por esa época, la figura de la Virgen María toma una relevancia especial en todo el orbe cristiano, lo que se hace notar sobradamente en la piedad popular. A través de la imagen y personalidad de la Virgen, Gonzalo de Berceo conecta íntimamente con su pueblo y su época redactando una de sus obras más carismáticas, "Loores de Nuestra Sennora", donde la función didáctica alcanza un gran esplendor. Sus poesías fueron recitadas en público por los juglares de la época.
TABLAS DE SAN MILLÁN (foto de la entrada)
Sin lugar a dudas, la mejor muestra pictórica del gótico que se conserva en La Rioja son dos puertas de retablo pintadas, procedentes de San Millán de la Cogolla, hoy en el Museo Provincial. Se trata de dos puertas gemelas que debieron servir para cerrar algún retablo, y aparecen pintadas por sus dos caras. La técnica empleada es el temple sobre tabla, preparada previamente con una fina capa de estuco y una pequeña trama de tela.
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