miércoles, 6 de febrero de 2008

LOS MONASTERIOS RIOJANOS

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Histórica y documentalmente conocemos principalmente los focos de San Felices de Bilibio y de San Millán de la Cogolla, que se salvaron del anonimato gracias a la oportuna intervención de San BruIio de Zaragoza, que escribió casi coetáneamente la vida de San Millán, con alusiones a su maestro San Felices. Pero los eremitorios riojanos de la época visigoda hay que contarlos por docenas y sus monjes por miles, sin lugar a dudas. Y estos eremitorios tan tempranos, situados en los riscos o en las grutas de los montes y sobre todo en los cerros que se asoman a los ríos y valles riojanos, son el verdadero origen de los grandes monasterios, de los prioratos, de las ermitas y de los santuarios que han llegado en buena parte hasta nuestros días.

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