domingo, 24 de febrero de 2008

LA RECONQUISTA Y REPOBLACIÓN EN LA RIOJA


Antes del siglo VIII el territorio que va a ser la actual Rioja carecía de personalidad propia, no constituía una unidad administrativa ni tenía unidad cultural. La Rioja, lugar de encuentro y cruce, va a adquirir su personalidad en la lucha y tensión fronteriza. La riqueza de la región, la feracidad y relativo apartamiento de sus valles, junto con los caminos naturales que la cruzaban fueron haciendo de ésta, una zona apetecible. El nombre de La Rioja va ir cristalizando y señalando un habitat que con el paso del tiempo tendrá una entidad propia y diferenciada del resto de los territorios que la circundan. La Rioja pertenece en época antigua a la provincia de la Tarraconense. Su romanización fue muy desigual, influyendo más en la llanada del Ebro que en las tierras interiores de los valles de los afluentes de dicho río. Sobre el territorio actuaron las irrupciones de los suevos, vascos y bagaudas dando una situación de inseguridad a lo largo del siglo V. La sumisión de la Tarraconense al poder de los visigodos, hacia el 472, venía a instaurar un principio de orden; pero el ambiente general se fue empobreciendo con el paso de los siglos. Las ciudades se ruralizan y los valles pierden todo recuerdo de vida urbana, encerrándose en sí mismos. La civilización, unida a la cristianización, va a perdurar gracias a la actuación de los monjes o ermitaños que tan numerosos van a ser en La Rioja. Así llegamos al siglo VIII cuando hacen su aparición las huestes del Islam. Apenas puede decirse que hubo resistencia.
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de la sección RIOJA TIERRA ABIERTA

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