lunes, 18 de febrero de 2008

GUITÓN ONOFRE (1604) de Gregorio González


Capítulo 3º
Sale Onofre de Palazuelos y llega a Sigüenza.
Cuenta lo que le succedió antes de hablar a su amo el sacristán
y refiere una leción que le dio y práctica que los dos tuvieron


Como llegué a Sigüenza, que fue muy en breve por ser poca la distancia de lugar a lugar, luego pregunté por mi amo y, como no le hallase en casa, fuime a ver la ciudad; y, andando por ella atónito, como quien no había visto otra, llegué a la Travesaña 2, que es el nombre de la calle más principal y adonde está la contratación de los mercaderes. Habíame dado el buen Serbán un real en plata para mis necesidades, con que yo iba más rico que mercader genovés. Vendían unos albérchigos que estaban convidando con sus cuerpos 3. Como me vi con aparejo, perdí la vergüenza y arremetímeles. Dios os libre de hombre determinado, que cierra como toro 4. Pedí una libra a una frutera y dile mi real para que me lo trocase. Pesó a otros que estaban primero y preguntóme después lo que quería. Díjelo. Bien se me echaba de ver la leche 5, que, aunque en mi tierra era águila 6, aquí no pasaba mi moneda. En la tierra de los ciegos el tuerto es rey: váyase adonde ven y verá lo que pasa. Por eso dicen que vale más ser cabeza de ratón que cola de león. Al fin me los dio y, como me pidió los dineros, elevéme 7.
-¿Qué es esto? -dije-. ¿No le di un real, señora?
-El de Manzanares 8 -replicó ella-. Eche aquí esos albérchigos, que le darán con la pesa. ¡EI bobillo, con qué venía! ¿Para eso me los hacía pesar? No es ésta la primera. iMirad si sabe el taimadito! ¿Qué os parece?
-Señora... -fui yo a replicar; y, hurtándome la palabra, me la quitó de la boca como el real de la bolsa, diciendo:
-Vaya, amigo. Basta, hermano. A los de las gallaruzas 9, por su vida. ¿Enseñóle más su madre? ¿Cuándo vino, niño? Ponga aquí, acabe: que le darán con ellos.
Faltáronme palabras, que el terminillo incógnito 10 me apegó la lengua al paladar. No era todo testuz. Como estaba en muladar ajeno, no osé cantar 11. Húbeme de ir corrido, sin real y sin albérchigos: aun uno de lástima no me dio para proballos 12.
Llegué a casa y hallé a mi amo 13. Contéle el succeso como lastimado, y, después de haber solemnizado con risa mi bobería, dando con los dedos en los labios comenzó de decir:
-Ba, ba, ba. Quiero darte una leción. Desde hoy, Onofre, comienzas a vivir en otro mundo; allá vívese vida de ángeles. La primera es ésta: avisón, que asan carne 14. De los escarmentados salen los arteros. Si quisieres que no te engañen, no te fíes de ninguno. Quien se te vendiere por amigo te venderá, porque ya los amigos no duran más de cuanto duran los dineros. De hoy en adelante abrir tanto ojo.
-Yo me tendré cuidado -dije entre mí-, que no hay hombre tan discreto que no sea necio una vez.

[...]


La obra completa del GUITÓN ONOFRE en

El Guitón Honofre, de Gregorio González. Una novela picaresca...
Estudio introductorio a la obra "EL GUITÓN ONOFRE" de Gregorio González.

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