Desde hace ya mucho tiempo constituye un verdadero lugar común en la crítica hablar de la doble acepción de la palabra clerecía para abordar el tema de las relaciones que el mester mantiene con la posesión del saber. En su Introducción a la literatura medieval española hacía López Estrada, incluso, una división de orden interno para la palabra clérigo, distinguiendo entre el universitario (movido por un fundamento de orden intelectualista, ejercitado en la escolástica como método de enseñanza, y usuario del latín como lengua eficiente para la comunicación de los saberes) y el humanista (en sentido restringido de la palabra: cultiva una incipiente ideología con base en la retórica, entiende la vida bajo un signo de aristocracia intelectual y valora el latín como la lengua más hermosa en sus valores formales y, por consiguiente, la lengua artística empleada por unos pocos elegidos) (1974: 81). En su famoso artículo sobre "las palabras y el concepto" de la etiqueta mester de clerecía escribiría años más tarde:
Creo que conviene volver al uso de la expresión con valor general y amplio, atendiendo siempre con cuidado al caso en que denota clérigo y clerecía en una significación específica en relación con la Iglesia y diferenciándolo con el caso en que puede tener la otra significación amplia, que sobrepasa un sentido eclesiástico exclusivo (1977-78: 172).
[...]
http://www.vallenajerilla.com/berceo/garciaunica/mesteressinpecado.htm
1 comentario:
Ya, ya, ya; no entendí mucho, sólo soy un simple basurero y nada más que de basura sé. Suerte.
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