Las tumbas de los faraones egípcios, los manuscritos de Qumram, y hasta los escritos del venerable Veda parece que estén a un paso de la primera década del siglo XXI;la historia distorsiona los hechos, los aproxima o los retrae, y hasta muchas veces los reescribe.Esta avalancha de información y la velocidad con la que nos cae encima, nos impide procesar y generar un sistema estable que dé estabilidad y seguridad a nuestro yo. Pasamos del reino de las tabletas de Apple, con fundas en todos los colores,conexiones HDMI,de aluminio pulido,teclados inalámbricos y, naturalmente, todas las funciones del iPad,... a las tabletas de hace cincuenta años, enmarcadas en madera,con versiones en metal pintado, y las más comunes, acabadas en piedra gris o negra.., eran nuestras pizarras, en las que aprendimos a escribir,y cuyo teclado,naturalmente inalámbrico,pergeñaba con tiza (el pizarrín) los primeros signos de nuestras mentes infantiles. Sin duda el tiempo vital era más lento, las tardes eran interminables, los recreos y las clases de aritmética una eternidad, incluso,hasta el tic-tac del reloj de la mesilla de la abuela aplacaba su ritmo en las siestas. Pero esta es otra historia.
domingo, 13 de marzo de 2011
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1 comentario:
Hola, Amanuense :)
Somos de la generación del pizarrín (eso parece).
Llevas mucha razón cuando dices que procesar tanta información y a la velocidad que nos cae encima tiene un riesgo nada despreciable.
Antes guardábamos hasta los mocos, hasta que llegaron los pañuelos desechables; pero creo que todo comenzó con la llegada del chicle Bazoca :)
Sin duda, la entrada de la televisión a nuestras casas marcó una línea muy sutil que fue desdibujando otras costumbres.
Hemos pasado de guardar todo a tener que adaptarnos -a toda velocidad- a una realidad cambiante.
Nada es suficiente; pero aunque sepamos que todo no es necesario, a ver quién es 'el guapo' que se apea de este tren.
Hablas de 'seguridad a nuestro yo'...
si te has movido un poco por 'la red'; ya sabes, esa telaraña que atrapa, habrás visto cómo miles de personas hablan de 'acariciar el alma', y es que 'el alma' -nuestro yo- se ha quedado sola.
Un abrazo, Amanuense...un abrazo en la distancia.
Blanca
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