Cuando hablamos de escritorio "visigótico" nos estamos refiriendo al ambiente cultural que nace a finales del siglo VI y fenece con el siglo XI a causa de la invasión románica que cambia la liturgia, los modelos que se copian, el arte, el derecho, la teología, las relaciones humanas, la política y hasta la economía; es decir, la letra y el espíritu de la cultura.
La fuente de esta corriente cultural fue, sin duda, el III Concilio de Toledo y los escritos de San Leandro durante los dos últimos decenios del siglo VI, al que seguirán de inmediato los de su hermano San Isidoro y su producción de síntesis en los primeros treinta años del VII. Con ellos empalman los de San Braulio y Tajón, ambos de la escuela zaragozana, sucesora de la de Sevilla, entre 630 y 660. En la escuela de Zaragoza madura intelectualmente San Eugenio, quien trasmite el testigo a la sede primada de Toledo, cuyos grandes arzobispos (el mismo San Eugenio, San Ildefonso, San Julián...) llenan todo lo que quedaba del siglo VII.
La fuente de esta corriente cultural fue, sin duda, el III Concilio de Toledo y los escritos de San Leandro durante los dos últimos decenios del siglo VI, al que seguirán de inmediato los de su hermano San Isidoro y su producción de síntesis en los primeros treinta años del VII. Con ellos empalman los de San Braulio y Tajón, ambos de la escuela zaragozana, sucesora de la de Sevilla, entre 630 y 660. En la escuela de Zaragoza madura intelectualmente San Eugenio, quien trasmite el testigo a la sede primada de Toledo, cuyos grandes arzobispos (el mismo San Eugenio, San Ildefonso, San Julián...) llenan todo lo que quedaba del siglo VII.
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