Alondra madrugadora
o ruiseñor vespertino,
a dónde fuiste a volar,
que te quedaste prendido,
tus alas rotas, Matute,
entre la sierra y el rio?...
Fue con la mañana clara,
― monte recién encendido ―,
abiertos en ramilletes
los espliegos y tomillos,
que te quisiste subir
a hacer tu nido en los riscos…
[...]
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